jueves, 25 de septiembre de 2014

Una hoja en blanco: El principio de una historia.

La bebedora adormecida de Picasso.


—Hola, soy Telma y soy escritora.

Era como lo había soñado: una librería con mucha gente esperando que les dijera unas  palabras y haciendo cola para comprar mi libro y llevárselo firmado. El triunfo me acompañaba. Mi obra detrás de mí, en un gran cartel,  y yo dando las gracias a aquellos que me ayudaron a conseguirlo. Además de  la excelente presentación que había hecho de mí la editora, encantada por la crítica más que favorable de los expertos.

Resultaba gratificante ver mi sueño cumplido. Me había empeñado en colarme en ese mundo dónde solo unos pocos tenían sitio.  Entré por la puerta grande encantada con mi suerte. Muchos de los compañeros ni siquiera llegaban a rozarla.

Ahora me tocaba dar la talla. En  pie, bajé la vista y me dispuse a hacer lo que debía...

—Hola, soy Telma y soy alcohólica.

Por fin lo solté y dije en alto lo que era. A pesar de ello,  de lo que me aseguraron, no me sentí redimida ni reconfortada, ni siquiera distinta. Ahora sí que necesitaba un trago, y de los largos. Me atreví a mirar esas caras que se giraban hacia mí intentando averiguar los motivos por los que me encontraba ante ellos. Sus ojos fijos los percibía dentro, sondeando en mi cabeza, buscando los porqués. Me avergonzaba hablar.

—Hace tiempo quise ser escritora y lo conseguí. Los amigos  y la familia me animaban, las editoriales me llamaban solicitando mis manuscritos…, el mundo me aclamaba. Tuve el triunfo en mis manos. —Guardé silencio y  tomé aliento—. Más tarde llegó  la nada… La maldita hoja en blanco.

Me costaba continuar. Mi mente iba por otros derroteros. A ella no le gustaba lo que estaba haciendo. Ella quería adormecerse de nuevo, sin preocupaciones: “¡Confesarse, qué estupidez! ¿Acaso  recuperarás todo lo que perdiste?... Ya lo has hecho, ¿y ahora qué?… Todos estos que te miran con  sonrisa benevolente no son mejores que tú: fracasados a tiempo completo. Desilusionados. Han dejado de sentir y  se ha refugiado en este lugar. Se apiñan en grupos para protegerse. Estúpidos, no saben que están solos.  Tal vez piensen que buscas su perdón. Que se lo queden. Es preferible que sigas bebiendo, olvidar este mundo que solo te causa dolor  y volver a tú rincón donde solo el silencio reparador te acompaña.”

Continúe hablando con la vista baja. No quería ver sus rostros,  estaba avergonzada. Tal vez habían leído mi mente y sabían lo que pensaba de ellos.

 —…A pesar de mi fracaso, durante un tiempo  seguí rellenando folios con relatos que nadie leía y seguía bebiendo Bourbon con cada decepción. Malas historias que me llevaban a ninguna parte. Creí que tendría una nueva oportunidad de colarme entre la élite  y casi sin darme cuenta me colé, pero no donde yo quería, sino en otro mundo distinto. Uno que me ayudó a evadir los problemas y me alejó aún más de la persona que fui. —Otra vez se me atascaron las palabras. Todos los ojos me miraban intrigados. —El fracaso llamaba a mi puerta con cada intento, con cada palabra que hacía aparecer en el inmaculado folio. Comprendí que emborronar hojas no era escribir. Las historias debían llegar, clavarse en el lector como un aguijón que le dejase herido para siempre. Y eso yo no supe hacerlo de nuevo. La pluma de la musa había rozado mi frente solo una vez  y después, borracha de éxito y de alcohol, no supe continuar sola —bajé el tono—. Todas las historias se fueron de golpe y quedó el vacío, el más doloroso, el que me impedía poder contarlas.  Después de ese, fueron naciendo los demás vacios, que ya no me importaron: el de las editoriales,  de los amigos, de las personas que me querían...,—suspiré y levanté la vista—. Ese desierto en el que me adentré ha durado hasta hoy. Pero por fin  he decidido volver a intentarlo y rellenar algunos de esos huecos…

Guardé silencio y el resto lo guardó conmigo, un segundo, dos… Temblaba.  De pronto un hombre se puso en pie aplaudiendo y con él arrastro al resto del auditorio. Comprendí que había llegado a la meta. Sería un éxito. Miré a mi agente que se acercó sonriendo y me abrazó.


—La señorita Telma Reviriego les ha leído el primer párrafo de su libro “El principio de una historia” Una novela desgarradora sobre el fracaso. Solo quiero comentarles una cosa más. Aunque la protagonista de la novela se llama igual que ella, en común solo tiene el nombre. Nuestra novelista es una triunfadora —dijo señalando el cartel que tenía a su espalda—. Ahora, nuestra gran autora  pasará a firmar sus ejemplares. Gracias a todos por su presencia.

lunes, 22 de septiembre de 2014

LA NIEVE


Imagina que te sumerges en el frío de la noche o en el agua de un lago de montaña, allí donde brota puro. La piel grita por el choque con el calor de tu cuerpo. ¿Puedes imaginar un dolor que quema sin sol? Es lluvia blanca que no moja sino esconde. Que transforma las chozas y les roba el color hasta que no puedes mirarla porque duele en tus ojos hasta mucho después de cerrarlos.
Extiendes la mano abierta y una de esas gotas de tejido se posa y te mira, lánguida, hasta desaparecer. Aunque son débiles por separado, unidas pueden ocultar a un hombre tendido y hacerle dormir hasta la muerte. Cuando las nubes oscuras se derraman y el sol abandona el mundo, aturdido, ese manto adquiere la rigidez de la madera y es difícil quebrarlo. Da miedo, ¿verdad? El mundo pierde sus matices, cubierto por un sueño del más puro y blanco lino. ¿Cómo encontrarás la senda, tú que transitas por los caminos de arena de la Tierra Vacía?

A eso, mi buen hermano, lo llaman nieve.

jueves, 18 de septiembre de 2014

La madame


Nuestro amor era penetrante y silencioso. Se materializaba en forma de sexo mudo, solo a veces acompañado de gemidos casi inaudibles que asomaban tímidos a las gargantas. No me eligió por ser la más bonita ni la más joven, al contrario. Hacía mucho que mi cuerpo presentaba los signos inequívocos del paso de los años y de tantos servicios en la profesión. En aquel tiempo centraba mi actividad en la gestión del negocio heredado de mi madre, pero Martin era distinto a todos los demás y lo que empezó siendo una excepción pronto se convirtió en una llovizna pertinaz que me caló hasta los huesos.

Martin era un ser melancólico. Aparecía sin avisar, con su camisa abierta hasta el ombligo y su barba de varios días, un aspecto poco habitual entre los descendientes de los colonos. Si me encontraba de espaldas frente al tocador se aproximaba por detrás y me besaba la nuca. Me giraba y atraía mi cabeza hacia su vientre con los dedos enredados en mi pelo; si me encontraba descansando sobre la cama se tumbaba junto a mí y pegaba su mejilla a mi pecho. De una u otra forma así permanecíamos varios minutos, sumergidos en la inmovilidad. Tan solo a veces, cuando se iba, intercambiábamos nuestras únicas palabras: «¿Por qué yo?» le preguntaba. «Porque callas, porque siempre sabes lo que hacer». Después se perdía sigilosamente, hasta que otro día indeterminado aparecía y repetíamos nuestro ritual.

Decía un novelista que conocí que cuando algo sucede, desde el momento en que empieza a suceder, nada puede volver a ser lo mismo. Lo que sucedió se llamaba Lily. Su belleza lánguida y sosegada encandilaba a los clientes. Todo en ella era menudo y aunque no era la chica más joven del burdel, su sonrisa inocente, sus pechos pequeños casi infantiles, sus caderas como a medio formar, atraían a los hombres de uno y otro lado del lago. El negocio prosperó mucho con su llegada y pude enviar importantes sumas de dinero a mi hija, quien entonces vivía en Europa junto a su padre. Todo iba bien. Hasta que él se enamoró de Lily.

Martin espació las visitas a mi alcoba cada vez más hasta que dejaron de existir. Intuí desde el principio que se encontraban a escondidas y una noche los vi. La imagen de sus cuerpos enlazados en el porche trasero me persiguió durante meses. De nada me sirvió la experiencia acumulada por el trato con hombres de toda condición, el saber cómo funcionan sus mentes. Los celos me devoraban. Después de tantos años las pasiones más primarias habían quedado al descubierto y no sabía cómo manejarlas. A eso nadie me había enseñado.

En aquella tierra la densidad del aire marcaba el paso de la mayoría de los acontecimientos y también la locura de sus habitantes. Una tarde se volvió muy pesado. El ventilador apenas podía moverlo y costaba respirar. Comenzaba a anochecer cuando las chicas acudieron al salón principal entre gritos, también los escasos clientes que a esas horas nos acompañaban. Lily estaba tumbada inmóvil sobre uno de los divanes, tenía un círculo rojo en la frente. Martin apareció a mi espalda de la nada, como solía hacer, y me tomó delicadamente por los hombros. Intenté abrazarlo pero me lo impidió. Al girar la cabeza hacia mi mano lo comprendí: el maldito revólver todavía humeaba.

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Imagen: Mujer frente al espejo (Miklos Mihalovits).

miércoles, 17 de septiembre de 2014

SACROFLEJA

 Cuentan que Sacrofleja es la urbanización donde residen todas las Reflejas. Las Reflejas son las traslúcidas y opacas sombras que aletean como mariposas perdidas al otro lado del Espejo.

Cuentan que si te miras al Espejo en un día ya pasado a las doce de la noche con luna negra y luz de paloma roja y gritas tres veces Quiénsoy, verás a Tusombra. Y también verás como Tusombra baila al ritmo que marca la loca mágica de Tuemoción. ¿Sabes que Tuemoción es la presidenta de la Cara Oculta que resucita a los Muertosvivos de Tusombra y que ellos, aunque se parecen mucho entre sí, nunca son iguales porque tienen Diferentesnombres? Quizá tampoco sepas que los Diferentesnombres también cambian de Apellidos según el tiempo que haga en isla Memoria.
Y la leyenda afirma que si te olvidas de que isla Memoria es la tierra de las Sagradas Reflejas que revolotean en los bosques huidos del Yo al otro lado del Espejo, es porque Tú sólo existes en su única ciudad: Sacrofleja.

martes, 16 de septiembre de 2014

GUADALUPE ERES GRANDE

No es mío pero quería regalarte algo. He intentado subir una foto pero imposible. Un besazo y gracias.


"Adonde sea que vayas,
siempre recuerda
tienes un hogar desde ahora y para siempre,
y si te sientes mal sólo llámame.
Este es mi juramento hacia ti,
adonde sea que vayas,
siempre recuerda
que nunca estas sola,
nacimos para lo mejor,
y nunca vamos a cambiar, no importa el tiempo.
Este es mi juramento hacia ti."


Un hermoso jardín de flores para la artífice de este rinconcito.
Me encanta, ummmmm!

Muchas gracias Realilla!!!
Un abrazo